Nada mejor que cuando tienes un día horroroso, que ni tu mismo sabes
que te ocurre, buscar unos brazos amigos, que te den un poco de amor y
ánimos, y que sin darte cuenta, hacen que te entren ganas de llorar, de
desahogarte.
Gracias papá, por esos abrazos que sin pedir, me das con todo tu corazón.